La democracia no es un teorema, como afirma Milei
martes 05 de marzo de 2024
La interpretación de la democracia puede verse influenciada por diversas perspectivas ideológicas y teóricas.
En el caso del presidente Javier Milei, su respuesta al ser cuestionado sobre sus convicciones democráticas, utilizando el Teorema de Arrow, ha generado un debate sobre su visión del sistema democrático, porque avalaría una visión autocrática.
El Teorema de Arrow, formulado por el economista Kenneth Arrow, plantea que cuando los votantes tienen tres o más alternativas, no es posible diseñar un sistema de votación que refleje las preferencias individuales en una preferencia global de la comunidad, cumpliendo ciertos criterios racionales como la ausencia de un "dictador", eficiencia de Pareto e independencia de alternativas irrelevantes.
Sin embargo, esta formulación matemática no abarca todas las complejidades y matices inherentes a la democracia.
La democracia no puede reducirse a una fórmula matemática. Es, en su esencia, un contrato social que busca perseguir el bienestar general respetando las diferencias y procesando los conflictos. Al utilizar el Teorema de Arrow como respuesta a las interrogantes sobre sus convicciones democráticas, Milei parece pasar por alto esta complejidad y riqueza del sistema democrático.
Además, el Teorema de Arrow ha sido objeto de críticas y debates en la teoría de la elección social y la toma de decisiones.
Se ha argumentado que este teorema se basa en supuestos irrealistas, como la completa transitividad de las preferencias individuales, la independencia de alternativas irrelevantes y la falta de consideración del contexto social y cultural en el que se toman las decisiones.
Asimismo, se ha señalado que este teorema no ofrece una solución práctica para la agregación de preferencias individuales en la toma de decisiones colectivas.
En resumen, aunque el Teorema de Arrow ha sido importante en la teoría económica y política, su aplicación directa al ámbito de la democracia puede ser limitada.
La democracia es un sistema complejo que busca equilibrar la participación ciudadana, el respeto a los derechos individuales y la división de poderes para lograr una sociedad justa y representativa.
En lugar de reducir la democracia a una fórmula matemática, es crucial reconocer su naturaleza dinámica y adaptativa, así como explorar alternativas que aborden las deficiencias y limitaciones del Teorema de Arrow.