Hablemos de nuestras creencias… tú viaje hacia el crecimiento personal
Todos tenemos una postura física, estar de pie, caminar, saludar, de manifestarnos físicamente… Así también tenemos una postura con respecto a nuestras creencias.
Pero ¿qué es una creencia?… es una idea, un pensamiento al que adherimos y es tal nuestro convencimiento que lo convertimos en verdad. Una creencia es lo que nos acompaña, condicionando nuestras conductas y nuestra mirada al mundo que nos rodea.
Esta mirada existencial tiene que ver con lo que podríamos llamar “Universos de creencias”: del “YO” … “Lo que yo creo sobre mí”; del “TÚ” … “Lo que yo creo sobre los demás en general”; y el “DE LA VIDA”. Por lo tanto, la combinación de estos tres universos genera infinitas posiciones existenciales.
Es muy común que las personas se desvaloricen con expresiones que desnudan una creencia negativa de si misma, poniendo en dudas su capacidad de hacer o resolver, por lo tanto, limita su crecimiento personal.
Muchas veces las personas asumen la posición de víctimas, porque reflejan fragilidad en la confianza de sus capacidades y competencias personales. En este caso podríamos llamarlo creencias limitantes de sí mismas.
Este comportamiento requiere reconocer el inconveniente de creer que nuestra autoestima está quebrantada por creencias que nos pone barreras difíciles de sortear. Y es el momento de cuestionar nuestras actitudes destacando y valorando las competencias que son propias y naturales de las personas que logran romper las barreras que se erigen, solo en la mente.
Una persona que haya trabajado sobre esas creencias limitantes, que haya fortalecido su autoestima, la confianza en sí misma, se moverá más en una posición de neutralidad, de determinación y seguramente lograra su cometido, y al otro no lo considerará un competidor, sino un colaborador potencial, en consecuencia, la vida brindará un despliegue de posibilidades.
En conclusión, reflexionar y tomar nota de las creencias es ir descubriendo cuál es la posición existencial y cuáles son las creencias que lo determinan. Cuanto más amable, benigna, bondadosa son las creencias que tenemos de nosotros mismos, más cambiara nuestra relación con la vida. Si las creencias que tenemos son destructivas, desconfiadas, nuestra acción en el mundo será en consecuencia.
Sería interesante reflexionar sobre ello. Para pensarlo…
“Tiene poco sentido querer cambiar las circunstancias externas. Primero debemos cambiar nuestras creencias. Cuando lo hagamos, las circunstancias cambiarán”
Brian Adams (Ingeniero en Tecnología)