jueves 28 de marzo de 2024

Alberto Fernández dilata su cónclave con Bolsonaro, mientras Massa se reúne en Brasilia con sus adversarios políticos

martes 03 de marzo de 2020

Alberto Fernández no esconde sus diferencias personales, ideológicas y políticas con Jair Bolsonaro. Y bufa sin disimulo cuando suceden hechos que, desde su perspectiva, muestran una cercanía diplomática entre Argentina y Brasil que no coincide con el verdadero estado de la relación bilateral.

Ocurrió cuando el presidente vio en una foto protocolar como Felipe Solá sonreía junto a Bolsonaro, y la letanía se hizo más larga al comprobar que su canciller había acordado un pull aside con su colega brasileño justo el mismo día que inauguraba las sesiones ordinarias del Congreso.

Cuando aterrizó en Buenos Aires, Solá ya no sonreía.

El último incidente diplomático entre Alberto Fernández y Bolsonaro ocurrió el domingo a la noche. Jugaba Argentinos Juniors contra Velez Sarsfield, y el jefe de estado fue hasta Liniers acompañado por un puñado de amigos personales. Ese día había jurado Luis Lacalle Pou como presidente de Uruguay, y Solá había acordado en Brasilia que Alberto Fernández y Bolsonaro protagonizaban ese fugaz pull aside después de la ceremonia de asunción.

El presidente argentino optó por ver la derrota de Argentino Juniors -su equipo de fútbol- en lugar de viajar a Montevideo para reunirse con su colega brasileño.

La foto del presidente en la cancha de Velez ya llegó a Brasilia, e inició un efecto dominó que puede afectar las relaciones bilaterales de Argentina y Brasil, el funcionamiento del Mercosur y ciertas jugadas diplomáticas que estaba ensayando la Casa Rosada en Washington para obtener puestos de muchísimo poder en organismos multilaterales.

Bolsonaro avanzará con el acuerdo Mercosur-Unión Europea (UE), y la flexibilización del propio Mercosur, pese a las resistencias de Alberto Fernández. Y no hará un sólo gesto a favor de la candidatura de Gustavo Beliz como titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Solá y Béliz pidieron respaldo a Brasil para esa candidatura al canciller Ernesto Araújo, una movida diplomática que ya terminó junto a las chances de Argentinos Juniors en el estadio José Amalfitani.

Sergio Massa es titular de la Cámara de Diputados y tiene su propia agenda institucional. Sin embargo, Massa no se mueve al margen de la Casa Rosada. Y menos cuando se trata de asuntos de política exterior. El líder parlamentario sabe qué piensa Alberto Fernández de Bolsonaro, y jamás hubiera decidido un viaje a Brasilia antes de comentarlo en el despacho presidencial.

Rodrigo Maia es presidente de la Cámara de Diputados de Brasil y José Antonio Dias Toffoli, es titular del Supremo Tribunal (Corte Suprema). Maia y Dias Toffoli están enfrentados con Bolsonaro, no creen en su mirada del sistema democrático y son un blanco móvil del exmilitar que se transformó en jefe de Estado.

Massa se reunirá mañana con Maia y Dias Toffoli en Brasilia. A menos de dos semanas de una movilización apoyada por Bolsonaro para criticar el funcionamiento del Parlamento y el Supremo Tribunal (Corte Suprema). La marcha es el próximo 15 de marzo, y Maia utilizó su cuenta en Twitter para golpear a Bolsonaro y proteger la independencia de poderes.

“Jair Bolsonaro no está a la altura del altísimo cargo que ejerce. “Desconoce el valor de la orden constitucional e ignora el sentido fundamental de la separación de poderes, añadió Celso de Mello, juez del Supremo Tribunal y colega de Dias Toffoli.

Alberto Fernández cuestiona la mirada que tiene Bolsonaro sobre el capitalismo, las consecuencias del Cambio Climático y los efectos de los golpes de estado en América Latina. Y a diferencia de su colega brasileño, el presidente argentino defiende la honestidad de Lula y jamás perdonará que se haya metido con su familia a través de las redes sociales.

En este contexto, y aunque reconoce la importancia de Brasil como socio estratégico de la Argentina, Alberto Fernández se tomará su tiempo para cerrar un cónclave con Bolsonaro. El presidente tiene escasos incentivos personales para forzar un encuentro con el líder del Brasil. Y si no hay un cambio en esa inercia política, la reunión formal ocurría durante la cumbre del Mercosur en Asunción (Paraguay).

Está prevista para el dos de julio. Casi cuatro meses.