jueves 25 de abril de 2024

Un Messi celestial logra que Barcelona vuelva a ser candidato en la Champions

miércoles 17 de abril de 2019

El 15 de agosto de 2018, Barcelona derrotó a Boca por 3-0 por la Copa Joan Gamper. El célebre amistoso, que ya lleva 53 años, sirve como presentación del equipo en el inicio de cada una de las temporadas. También ahí, comúnmente ante un Camp Nou repleto, el capitán toma el micrófono y le habla a la multitud. La partida de Andrés Iniesta provocó que Lionel Messi fuera el referente máximo del Barça. Entonces tuvo que decir la Pulga.

Tímido, con las palabras cortadas y moviéndose por el césped, el rosarino soltó los objetivos del año. “Tenemos una plantilla para ilusionarnos. El año pasado fue muy bueno, ganamos la Copa del Rey y la Liga, pero todos nos quedamos con la espinita de la Champions, más que nada por cómo perdimos”, dijo el capitán.

Y cerró: “Hoy nosotros prometemos que vamos a hacer todo lo posible para que esa copa tan linda y tan deseada por todos vuelva a estar acá, otra vez en el Camp Nou”.

Casi ocho meses después de aquellas palabras, Messi pasó del dicho al hecho: condujo de manera celestial a Barcelona, que aplastó 3-0 a Manchester United y se metió en las semifinales del torneo más importante del mundo luego de cuatro años de ausencia.

Jugó un partido de 10 puntos Messi y eso es sencillo de decir, pero difícil de describir. ¿Es lo mismo un juego de 10 puntos de Messi que de cualquier otro futbolista del mundo? Parece que no.

La Pulga volvió a tener otra de esas noches que se recordarán para siempre. El 1-0 de la ida había dejado al conjunto culé bien parado, aunque la serie no estaba definida. Manchester salió a jugar con autoridad y en 10 minutos puso contra las cuerdas al elenco que comanda Ernesto Valverde. Incluso Marcus Rashford, que está en la órbita de los dirigentes catalanes, estrelló un remate en el travesaño.

Pero la incertidumbre duró hasta que se activó Messi: recuperó la pelota como en sus mejores épocas, le tiró un caño de crack a Fred, se perfiló para su zurda ingresando de izquierda al centro y definió al palo derecho de David De Gea. Sí, golazo.

Y cuatro minutos después, volvió a recuperar en el campo rival, aceleró, definió de derecha y el balón se le escapó de las manos al arquero español. Sí, gol con suerte: 2-0 (3-0 en el global) y serie definida.

Pero fue mucho más que dos goles Lionel. De las tantas cosas que realizó, se destacan un pase gol de cabeza para Luis Suárez, una chilena que no fue gol por centímetros, una gambeta a puro amague ante Phil Jones y un pase largo a Jordi Alba para empezar a gestar el gol de Coutinho.

Y algo más: Messi presionó a los defensores rivales como en los lejanos y gloriosos días de Pep Guardiola. Se repite: su doblete se generó luego de dos recuperaciones suyas.

“No tuvimos un buen inicio y hay que tenerlo en cuenta porque no podemos salir así a ningún partido. Lo habíamos hablado y teníamos la experiencia de Roma. En Champions, 5 o 10 minutos malos te pueden complicar e incluso dejar fuera”, analizó Messi.

Y amplió: “Lo importante es que dimos una imagen espectacular. Esto es lo que somos. Que Ajax haya dejado afuera a Juventus te dice todo. Cualquier equipo es complicado en esta instancia y lo mismo será si ahora nos toca Porto o Liverpool”.