jueves 18 de abril de 2024

Pedro Bareiro se declaró inocente y su hijo Fabio se atribuyó toda la responsabilidad de la droga incautada

Comenzó ayer en el Tribunal Oral Federal el juicio al exfuncionario provincial, sus dos hijos y su nuera. Los cuatro declararon y uno de ellos dijo ser el único culpable
viernes 13 de abril de 2018

Uno de los hijos del exfuncionario provincial, Pedro Ramón Bareiro, ambos detenidos y acusados de traer estupefacientes de Paraguay para comercializar en nuestro país, declaró en el juicio oral y público que comenzó ayer en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Formosa, y se atribuyó toda la responsabilidad de los casi 51 kilos de cocaína que fueron encontrados en la camioneta oficial que conducía su padre y que volcó a la altura de Montelindo el 20 de febrero de 2016.


Al brindar su versión de los hechos el acusado aseguró que ninguno de los otros procesados del caso, es decir su padre, su novia y su hermano, tenían conocimiento del cargamento de droga que había dentro del vehículo en el accidentado viaje que hicieron desde Clorinda con destino a la ciudad de Formosa.

Por su parte, el exfuncionario se declaró inocente, dijo que nunca en su vida vio droga y que era “un pequeño puntero político”, aunque admitió que después de volcar la camioneta comenzó a arrojar los paquetes de cocaína al riacho, envuelto en una crisis de nervios por lo que había sucedido. “En ese momento mi hijo (por Fabio Alejandro) me dijo que había cargado droga en la camioneta, y ahí estallé en una crisis y comencé a tirar todo lo que había”, aseveró. 

Todos declararon

Fabio Alejandro Bareiro, de 33 años, habló ayer ante los jueces del Tribunal y las partes del juicio, endilgándose toda la responsabilidad penal de este resonante caso en el que también están implicados y detenidos su padre, Pedro Ramón Bareiro, quien en ese momento ejercía el cargo público de Comisionado del Area de Frontera en Clorinda, su novia Cecilia Betiana Cáceres y su hermano Víctor Manuel Bareiro, un contador que trabajaba en la Aduana de Clorinda prestando servicios en el paso internacional San Ignacio de Loyola, de esa ciudad con la República del Paraguay.

Los cuatro acusados prestaron declaración en el esperado juicio del denominado "Caso Bareiro" y, a excepción de Fabio Alejandro, los demás dijeron que desconocían que estaban llevando droga en la camioneta Toyota Hilux que pertenecía al Ministerio de Economía de la Provincia y tenía a su cargo Pedro Bareiro. Los tres deslindaron toda responsabilidad en el hecho, aduciendo tener un total desconocimiento de la situación que terminó en un escándalo provincial y nacional.

El primero en hacerlo fue el por entonces funcionario provincial, de 62 años de edad, dirigente político en Clorinda del Partido Justicialista y dueño de una ladrillería.

Bareiro explicó en qué consistía su tarea como comisionado del Area de Frontera, brindó detalles de sus funciones y negó enfáticamente tener algún tipo de vinculación con el tráfico de drogas y el caso por el cual se encuentra detenido hace dos años y dos meses.
 

Al recordar lo que sucedió el día del hecho dijo que estaba en Clorinda cuando apareció su hijo y le pidió prestada la camioneta por una hora. Al regresar le solicitó que le trasladara hasta la ciudad de Formosa porque su automóvil no tenía rueda de auxilio, sumándose posteriormente su novia Cecilia Cáceres. Los tres emprendieron viaje a la capital después del mediodía y minutos después de las 13 volcaron a la altura del paraje Montelindo, luego de que el conductor se quedó dormido por unos segundos y perdió el control del rodado que terminó en la banquina a varios metros de la ruta 11.

“Yo venía a Formosa a tratar de encontrar a la encargada de la Secretaría de la Mujer, a quien iba a pedir que brinden ayuda a una mujer que vive en Clorinda”, dijo Bareiro al explicar las razones de su viaje a la capital provincial, remarcando su total inocencia en el caso. “Yo no tengo nada que ver con esto, soy un hombre trabajador, todos me conocen en Clorinda, soy un pequeño puntero político”, insistió el exfuncionario, quien también negó que haya ofrecido dinero a los efectivos de la Policía Federal que pasaron por el lugar y se acercaron para ayudarlos, sin saber que la camioneta que había volcado estaba transportando casi 51 kilos de cocaína.

“Soy el único culpable”

A su turno, Fabio Alejandro Bareiro afirmó ser el único responsable del caso y contó al Tribunal y a las partes cómo, cuándo y dónde cargó la droga en la camioneta que su padre tenía a su cargo.

“Cuando le pedí prestada la camioneta a mi padre fui a un lugar desolado y sin nadie alrededor comencé a colocar los paquetes de droga en el hueco que queda entre los asientos traseros y la chapa de la cabina”, precisó el acusado, quien con la ayuda de dos sillas mostró como hizo la maniobra cuando metió a presión los ladrillos de cocaína. 

Fabio Bareiro manifestó que a raíz de deudas de juego comenzó a consumir estupefacientes y luego le ofrecieron la posibilidad de comenzar a vender droga para saldar sus acreencias. “Estaba amenazado y tenía que hacer algo para pagar mis deudas, así que acepté entrar en esto y cuatro días antes fueron de noche a mi casa a dejarme los paquetes de droga que luego metí en la camioneta para llevar a Formosa”, declaró.

Luego compareció la detenida Cecilia Cáceres, novia de Fabio, quien dijo que no tenía ningún conocimiento del hecho. “Me enteré de todo esto cuando volcamos, no sabía que había droga en la camioneta”, afirmó la mujer de 33 años, técnica radióloga y oriunda de la provincia de Corrientes.

Admitió que su novio iba frecuentemente a Asunción y que era jugador de póker, causa aparente de las deudas que había contraído.

El último en declarar fue Víctor Manuel Bareiro (39), el otro hijo de Pedro, quien si bien no estuvo en la camioneta donde encontraron la droga, quedó ligado al proceso por su rol de agente de Aduana en el paso fronterizo San Ignacio de Loyola, por donde en días previos al 20 de febrero de 2016 había pasado su hermano en su automóvil proveniente de Asunción sin ser revisado, estimándose que en ese momento estaba cruzando la droga que posteriormente fue decomisada.

“Siempre trabajé a derecho y de esto no tenía ningún conocimiento”, alegó Víctor Manuel, de profesión Contador. 

Las preguntas del fiscal Luis Benítez y de los abogados de la Querella (Aduana y Fiscalía de Estado) apuntaron al trabajo que desarrollaba como aduanero en el paso fronterizo que une Clorinda con Paraguay, pero fundamentalmente si actuó dentro del marco legal al no controlar el automóvil de su hermano cuando cruzó por el complejo fronterizo los días 19 y 20 de febrero de hace dos años.

“Pienso que obré bien, pero además yo no estaba solo en ese momento habían otros compañeros y un superior”, justificó el acusado, quien dijo desconocer los motivos por los que había viajado su hermano a Asunción en esos días.

Testigos

La jornada continuó con la declaración testimonial de los efectivos de la Delegación Formosa de la Policía Federal que intervinieron en el procedimiento que derivó en la detención de los tres ocupantes de la camioneta que había volcado en Montelindo y el hallazgo de casi 51 kilos de droga. Los funcionarios recrearon los hechos a partir del momento en que detuvieron el móvil policial para ayudar a las personas que habían sufrido el accidente vial y dieron precisiones del comportamiento y la conducta desplegada por Pedro Bareiro, su hijo y la novia de éste cuando bajaron a la banquina para prestar ayuda y advertir segundos después que habían descubierto fortuitamente un hecho de narcotráfico.

En el cierre declararon funcionarios y empleados de la Aduana de Clorinda que prestan servicios en el paso fronterizo, explicando con precisión las responsabilidades, competencia y alcances que tienen la tarea de control y fiscalización que llevan a cabo diariamente en ese lugar de nuestra frontera.

El juicio continúa hoy con los Alegatos

Finalizada la ronda de testigos, el juicio oral y público que se está desarrollando en el Tribunal Oral Federal proseguirá con los alegatos de las distintas partes del proceso. 

Expondrán los abogados querellantes, tanto de la Administración Nacional de Aduana como de la Fiscalía de Estado de Formosa, y el fiscal de la causa, el doctor Luis Benítez, quien ayer tuvo una activa participación en la formulación de preguntas a los acusados que prestaron declaración y aceptaron ser interrogados por las partes.

Para la Fiscalía y la Querella los cuatro detenidos tienen directa responsabilidad en el hecho investigado, cumpliendo cada uno de ellos diferentes roles en la operación de tráfico de estupefacientes.

En el requerimiento de elevación a juicio, la Fiscalía se respaldó en las numerosas pruebas reunidas a lo largo de la investigación (fundamentalmente las pericias a los teléfonos celulares) para llegar a la conclusión de que los acusados formaban parte de un grupo familiar que se dedicada al contrabando de estupefacientes con fines de comercialización, desde Paraguay a nuestro país.

La Acusación sostiene que todos tenían conocimiento de las actividades ilícitas desplegadas y que actuaban en forma coordinada. Por un lado estaba garantizado el cruce de la droga por el paso fronterizo y para transportarla a Formosa era utilizada la camioneta oficial, a fin de evitar los controles en la ruta. 

Según la Fiscalía, de las conversaciones telefónicas sacadas a la luz por las pericias surge claramente cómo se llevaban a cabo las operaciones de tráfico de estupefacientes, llegando incluso a estimarse que el movimiento era de 200 kilos por mes. 

Los cuatro acusados llegaron a la instancia de juicio procesados por los delitos de contrabando de estupefacientes con fines de comercialización, agravado por la participación de tres personas y por la cantidad de droga incautada. En el caso de Pedro Bareiro, también está acusado de peculado, abuso de autoridad, y su hijo Víctor Manuel violación de los deberes de funcionario público y abuso de autoridad, debido a su condición de agente de Aduana.

En defensa de los cuatro enjuiciados, alegará el abogado José Félix Giménez, quien ayer siguió atentamente el desarrollo de la audiencia y no formuló preguntas a sus defendidos, sí en cambio a los testigos que declararon al mediodía y a la tarde.