viernes 19 de abril de 2024

Histórico empate de la Argentina en Francia: igualó sin goles ante Japón y rescató su primer punto en un Mundial

martes 11 de junio de 2019

Sonríen, festejan, se abrazan. Es un lunes histórico para la selección de fútbol femenino de la Argentina, que celebra el primer punto ganado en la historia de los mundiales. Vale mucho este 0-0 contra Japón en el Parc des Princes, en París. Es inmediato ajustarse el contexto: la Argentina es un país que estuvo 12 años ausentes de las copas del mundo femenino, y regresó en este Mundial de Francia, con un debut ante un adversario que, en el mismo lapso, fue campeón y subcampeón mundial, profesionalizó su fútbol y se convirtió en una potencia de máximo nivel. Ante un adversario de rango superior, indiscutidamente, tomó noción de sus virtudes y defectos, y trabajó el partido en consecuencia. Y consiguió un resultado inolvidable.

La Argentina buscó un comienzo prolijo, tratando de llevar el partido a su ritmo y no ceder al juego más dinámico de las japonesas. La primera chance fue para las asiáticas, con un derechazo desviado de Nakajima. Enseguida, un buen anticipo de Correa ante un cabezazo de Sugasawa. No tardó mucho Japón en asumir el control territorial del encuentro. A la Argentina le quedaba muy lejos el arco de Yamashita, obligada muchas veces a los pelotazos para la solitaria Jaimes, o la búsqueda de algún error en la segunda jugada.

Tampoco Japón conseguía encontrar huecos en el tramado defensivo argentino, con las incursiones de Sameshima por el carril izquierdo. Durante la primera media hora, la disciplina táctica de las chicas argentinas conseguía frenar la paciente búsqueda japonesa. Desde las tribunas -con unos 25.000 espectadores-, llegaba el aliento del reducido grupo de argentinos en un estreno complejo, tal como se preveía. El equipo de Borrello se ajustó con rigor a un plan y clausuró cada rincón, achicó los espacios con un trabajo solidario entre líneas, y exhibió concentración para reducir al mínimo los errores no forzados; Japón se vio sorprendido por una trinchera ausente de resquicios.

Más allá de algún aporte que pudiera ofrecer la habilidosa Banini, a la Argentina le costaba muchísimo adueñarse de la pelota y darle un destino propicio. Recién a los 39 minutos llegó la primera aproximación argentina, un centro que no alcanzó a conectar Jaimes, la delantera del Lyon, rodeada siempre por un ramillete de camisetas azules. Es cierto: la misión primaria era otra. Argentina había mostrado un esfuerzo encomiable en desplegar una telaraña firme para frenar a un rival que llegaba como amplísimo favorito, con la chapa de subcampeón mundial y candidato a estar al menos dentro del podio. El empate sin goles con el que se cerraba la primera parte premiaba el tesón de un equipo que se había tomado bien en serio la oportunidad de jugar -y competir en- un Mundial.

Japón salió del letargo en el arranque de la segunda parte. Insinuó mayor profundidad y empezó a acercarse con otro ímpetu. Tuvo una buena chance en un bombazo lejano de Yokoyama que obligó al esfuerzo de Correa; Sugasawa tuvo el rebote servido, pero levantó el remate. Despues, Shimizu desbordó, Sugasawa arrastró las marcas y Nasegawa pateó cruzado y mal, en una de las pocas veces que Japón había pisado el área argentina.

Promediaba la segunda parte y por primera vez apareció una combinación entre Banini y Jaimes, que entró en el área y remató, pero Minami le cortó el envío. De a poco, Jaimes encontraba compañía en terreno nipón. Bonsegundo encontró espacio por la derecha y probó a Yamashita con un remate débil, y a cinco minutos del final, Coronel cabeceó desviado. Japón siguió hasta el final presionando, buscando en vano la fisura que nunca llegó. Argentina convirtió su área en un bastión y se llevó un resultado valioso, más allá del áspero camino que debieron recorrer estas chicas, y que encontraron el premio a su esfuerzo con un debut que entró en la historia.