viernes 19 de abril de 2024

Alberto vs. Macri, la definición de los radicales y el desafío de ocupar el centro

domingo 26 de mayo de 2019

De un lado de la grieta todo parece estar definido. O casi. Restan aún un par de definiciones. El solo hecho de que Cristina Kirchner se corriera del primer lugar de la fórmula, ayudó a que se desinflaran ciertas tensiones latentes. Cristina actuaba como un techo electoral para los independientes pero también como un límite para muchos dirigentes (políticos, gremiales, empresariales) que querían la unidad peronista pero que los espantaba la figura de la expresidenta. Ahora esos límites se corrieron. Atentos con los gobernadores.

Del otro lado de la grieta pasa exactamente lo mismo, aunque las indefiniciones permanecen. La alianza antimacrista ya parece estar encaminada y en marcha; la alianza antikirchnerista presenta más fisuras y este lunes puede someterse a un desafío clave: se va a saber en qué medida el radicalismo va a seguir perteneciendo a Cambiemos tal como se conoce actualmente a esa coalición.

El lunes después del mediodía se inicia la Convención Nacional de la UCR, el congreso partidario en el que se define la política de alianzas del partido. En ese espacio, hace cuatro años, se decidió que el radicalismo confluiría con el PRO y la Coalición Cívica para destronar al kirchnerismo.

Cuatro años después, otra vez el escenario adentro de la UCR está abierto. Los sectores más cercanos al PRO querían que se ratificara la coalición tal como está y enfatizando en que el candidato es Mauricio Macri.

Pero hacia el interior del partido había diferencias en ese punto y habrá que hacer un malabar dialéctico para lograr consensos. “Estamos de acuerdo en ampliar Cambiemos”, dijo después a uno de los que negocia en línea con la Casa Rosada. “El documento de Cornejo original fue sorpresivo y confuso”, agrega.

Aunque los sectores más Cambiemistas del radicalismo no quieren saber de nada con ampliar la Coalición, también saben que no tienen margen para seguir como hasta ahora: la gestión Macri no da ningún resultado en lo económico y la figura del Presidente no garantiza una victoria. El partido necesita dar alguna muestra de autonomía para poder sobrevivir. Saben además que, con el PRO en baja, es el mejor momento para negociar.

Por eso, sin margen para llaneros solitarios, la convención va a ratificar el pedido de la “ampliación de Cambiemos”, aunque no se sabe en qué términos. Los que están en el poroteo creen que ese pedido va a tener el apoyo del 90% de la Convención. Lo que no queda del todo claro es cómo se instrumentaría esa ampliación.

La Convención Nacional de la UCR va a plantear la necesidad de ampliar la coalición. Pero luego habrá una “Comisión de Acción Política” que será la que lleve adelante la negociación. ¿Quiénes podrían integrarla? Una opción es que la tarea la tome el comité ejecutivo del partido. La otra que se conforme un espacio con los tres gobernadores de Cambiemos (Gerardo Morales, Gustavo Valdés y Alfredo Cornejo) más los dos jefes de bloque parlamentarios (Mario Negri y Luis Naidenoff).

¿Por qué es importante cómo se negocien los detalles? Porque de eso puede depender el éxito o fracaso de la iniciativa: no es lo mismo que se genere un dispositivo para promover esas nuevas alianzas que uno que busque dinamitarlas. “La idea es que haya una comisión que trabaje y que tenga charlas institucionales con otros actores”, afirman cerca del presidente del radicalismo Alfredo Cornejo. Esto es lo que se votaría en la madrugada del martes.

“El Gobierno no tiene margen para oponerse”, dicen cerca de Cornejo y aclaran que no se hablará expresamente de candidaturas: “Ya no hay margen para decir ‘a esos no los queremos’. En La Rosada ya no hay posición unificada en torno al tema”, dicen. Las primeras conversaciones serán con Lavagna y con Schiaretti. “Lo fundamental es impedir la vuelta del populismo”, insisten.

Mientras tanto, en el “camino del medio” la cosa está cada vez más complicada. No solo porque Roberto Lavagna no termina de definir en qué espacio participa, sino fundamentalmente porque Alternativa Federal empieza a perder densidad política a medida que el peronismo + Unidad Ciudadana se corren hacia el centro.

La mayoría de los gobernadores peronistas todavía tienen que definir sus frentes internos y ratificar la gobernabilidad en sus provincias. “Una vez arreglado el tema interno, tienen libertad para ver qué hacen. No se fueron de Alternativa Federal, no apoyaron públicamente a nadie. Ellos no tienen por qué definirse ahora”, dice un hombre que trabaja para varios gobernadores del PJ que habían hecho pública su voluntad de construir Alternativa Federal. Hoy ese espacio ya no despierta tanto entusiasmo.

Un ejemplo de esta situación la vive el gobernador de Chaco, Domingo Peppo. Para lograr su continuidad necesita que se baje de la candidatura su antecesor Jorge Capitanich. Como en esa provincia no hay PASO, si Capitanich quisiera presentarse, tendría que romper al PJ local, en un claro desafío a Cristina.

Se negocia entonces que “Coqui” se baje y acepte una candidatura a senador nacional por Unidad Ciudadana. Ese favor debería ser retribuido de alguna manera por el gobernador Peppo. Una situación similar vive el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet. Por ahora, ninguno va a dar un apoyo taxativo a Cristina. Aunque seguramente harán equilibrio.

En cambio en otros casos los gobernadores ya está mucho más jugados como Sergio Uñac, Rosana Bertone, Juan Manzur… Ninguno quería ir con el kirchnerismo pero no les quedó otra. Necesitaban aliarse a los K para retener sus provincias.

En este escenario queda la duda de cómo se armarían las listas a legisladores nacionales de Alternativa Federal. Si los gobernadores quieren mantener su indefinición hasta octubre, difícilmente puedan poner a su gente en las listas el 22 de junio cuando éstas se cierren. Ese espacio necesita para su armado nacional el sello del Frente Renovador de Sergio Massa, único que tiene personería jurídica nacional. ¿Contarán con él para ese entonces?

Así Alternativa Federal tiene un problema adicional: ya no solo tiene dificultades con las encuestas sino que pierde volumen político ante gobernadores que necesitan hacer equilibrio. Así, aunque a nivel provincial siguen ganando los moderados, a nivel nacional la inercia de la grieta hace estragos. 

Dudas antes de terminar. ¿La inercia de la grieta obligará a los candidatos del centro a correrse hacia uno u otro extremo? ¿La candidatura de Alberto representa realmente un corrimiento hacia el centro de Unidad Ciudadana? ¿Habrá en Cambiemos un candidato que represente un corrimiento hacia el centro de ese espacio? ¿Aguanta Alternativa Federal un mes más? Preguntas que por ahora no tienen respuesta.